Claves para redactar contenido optimizado

Con un contenido bien optimizado, es posible colocar páginas en las primeras posiciones de los resultados de búsqueda (SERP) y aumentar la visibilidad de tu web, empresa y/o marca. Si se cumplen las condiciones necesarias, el contenido SEO puede incluso obtener la Posición Cero y aparecer en la parte superior de los resultados, dentro de una inserción: ¡el Santo Grial del SEO!

Una mayor visibilidad en las SERP genera más tráfico. Los usuarios tienden a hacer clic primero en los enlaces mejor situados: la primera página de resultados concentra el 88% de los clics, sabiendo que aproximadamente la mitad de ellos (55%) se refieren a los tres primeros enlaces orgánicos (Search Engine Journal). Por lo tanto, para atraer tráfico a tu web, es fundamental posicionarse lo más alto posible en las SERP.

Generar tráfico hacia tu  web es bueno, pero convertirlo es mejor. Desde este punto de vista, los contenidos SEO contribuyen a atraer un tráfico mejor orientado y, por tanto, cualificado: usuarios interesados en el tema en cuestión, ya que han realizado una búsqueda precisa y han optado por hacer clic en un enlace susceptible de responder a sus expectativas. La optimización de los contenidos mejora así la calidad del tráfico generado.

No olvides nunca que Google te vigila. Los contenidos que no respetan sus directrices de redacción SEO no solo corren el riesgo de ser pasados por alto por los usuarios, sino también de conllevar una penalización (Panda por la calidad de los contenidos, Penguin por prácticas fraudulentas de posicionamiento, etc.) que conduzca a una degradación del portal. Por lo tanto, redactar contenido SEO también permite cumplir las directrices de Google.

Google valora los contenidos de alto valor añadido que proporcionan a los usuarios información útil, relevante y duradera, y que responden a las preguntas que éstos formulan. En este sentido, el contenido SEO debe ser principalmente informativo, pero también puede tener una dimensión promocional siempre que la calidad y la relevancia estén presentes (para páginas de servicios o fichas de productos…).

Google posiciona mejor los contenidos con alto valor editorial: así lo demuestra un estudio de MyRankingMetrics. De esta forma, una página con suficiente contenido de texto puede generar hasta cuatro veces más visitas SEO que una página que carezca de él. Por lo tanto, lo ideal es escribir un contenido SEO bastante largo: entre 600 y 1.000 palabras para un artículo, entre 500 y 600 palabras para una página estratégica, y entre 300 y 400 palabras para una ficha de producto.

El contenido SEO debe diseñarse para usuarios web con una capacidad de atención limitada, que tienden a escanear una página en lugar de leerla en su totalidad. Para adaptarse a este comportamiento, adopta una estructura piramidal invertida (la información principal en primer lugar), da mucha importancia al título y al eslogan, y trabaja cuidadosamente los subtítulos para que ofrezcan una visión clara del contenido.

En el posicionamiento web, las palabras claves son una de las bases de la optimización. Permiten identificar las consultas tecleadas por los usuarios en los motores de búsqueda y colocarlas estratégicamente en los contenidos SEO para que suban posiciones en los resultados. Lo ideal es que cada contenido se dirija a una consulta específica.

Las palabras claves no lo son todo: un buen contenido SEO debe trabajar también el campo semántico en torno al tema. Esta optimización semántica consiste en enriquecer la página con términos denominados «co-ocurrentes» (sinónimos, palabras contextuales, etc.) que giran en torno a la palabra clave, para informar eficazmente a los robots gracias a un contenido rico y diversificado, teniendo en cuenta al mismo tiempo la búsqueda principal de los usuarios.

Un contenido SEO debe contener algunos enlaces. Estos enlaces pueden remitir a páginas del mismo portal (lo que se conoce como «enlaces internos«), con el fin de mantener a los visitantes en la web durante más tiempo y hacer circular el tráfico por las distintas páginas. También pueden dirigir a recursos externos, elegidos por su calidad (páginas institucionales, portales de información reputados, páginas de Wikipedia, etc.), con un impacto positivo en los robots.

Google establece claramente en sus directrices de redacción SEO que el contenido debe diseñarse pensando en los visitantes. Esto significa redactar contenidos SEO bien estructurados, ofrecer un texto bien espaciado y diversificado (con imágenes, listas, gráficos, etc.), ser didáctico, utilizar frases cortas y vocabulario accesible, etc. ¿La ventaja? Al escribir para los usuarios, también lo captarán los robots.

Las imágenes son una parte integral del contenido SEO… y desempeñan un papel en su correcta optimización. Para ello, hay dos parámetros principales a tener en cuenta: el tamaño y el peso (las imágenes deben ser lo suficientemente ligeras como para permitir que la página se cargue rápidamente), y el atributo «alt» (que debe contener la palabra clave principal para que la imagen sea «leída» correctamente por los robots).