Es un hecho: el ecosistema del marketing digital es tan rico como complejo. Para navegar eficazmente por estas aguas turbias, es fundamental dominar lo que puede describirse como “lenguaje de marketing”: expresiones que designan mecanismos y elementos fundamentales para los anunciantes. Probablemente, ya te hayas encontrado con una de estas expresiones: CPC o “coste por clic”, utilizada en el ámbito de la publicidad online. Se trata de un concepto crucial para establecer una estrategia publicitaria relevante en la web y para optimizar tu campaña. ¡Vamos allá!
¿Qué es el coste por clic (CPC)?
Las siglas CPC, que significa “coste por clic” (o PPC en inglés para “pay-per-click”), se emplea en marketing para designar un método de facturación de espacios publicitarios en línea. El principio es sencillo: el anunciante pasa por el intermediario para colocar la publicidad en su interfaz y, a cambio, paga una cantidad de dinero, fijada de antemano, cada vez que un internauta hace clic en uno de sus anuncios. Estos anuncios pueden adoptar varias formas (enlaces patrocinados de Google Ads, banners de publicidad, anuncios en redes sociales…), pero el funcionamiento sigue siendo el mismo en general.
El CPC puede estar asociado a un sistema de pujas o basado en un coste fijo. Por ejemplo, la compra de palabras claves en los anuncios de Google (que aparecerán en la red de búsqueda o en Display) implica que los anunciantes deben pujar para ganarse el derecho a utilizar estos términos en sus anuncios. Sin embargo, es probable que este coste cambie con las ofertas, incluso durante la propia campaña. En cambio, para la adquisición de un espacio publicitarios “clásico”, el CPC se fija al principio de la campaña y no varía hasta que finalice.
Esto significa que el coste por clic está íntimamente relacionado con el coste global de una campaña publicitaria en internet y, por lo tanto, con su rentabilidad. Esto hace que el CPC sea un recurso extremadamente importante para las estrategias publicitarias, especialmente cuando este CPC está condicionado por las pujas: entonces es necesario activar las palancas adecuadas para maximizar los clics con respecto a las palabras claves seleccionadas y el presupuesto máximo que se puede asignar a la campaña.
¿Qué anuncios se asocian a una estrategia CPC?
El sistema CPC consiste en alquilar un espacio publicitario a través de un servidor/emisor y pagar cada vez que se hace clic en el anuncio. Muchas agencias de publicidad utilizar este método de pago para las campañas de adquisición de pago. Algunos ejemplos de CPC son:
- Enlaces patrocinados (anuncios de texto)
- Anuncios en redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn…)
- Anuncios ilustrados (imágenes)
- Anuncios en Shopping de Google
- Anuncios en formato de vídeo
Sin embargo, el coste por clic no es el único método de facturación que existe en el actual ecosistema de la publicidad digital. El CPM o “coste por mil impresiones” (el anunciante paga cuando su anuncio se ha mostrado mil veces), el CPV o “coste por visualización” (el anunciante paga cuando su anuncio de vídeo ha sido visto), o el CPA o “coste por conversión” (el anunciante paga cuando los internautas realizan determinadas acciones, definidas de antemano) pueden sustituir al CPC. No obstante, el coste por clic sigue siendo uno de los más utilizados por sus numerosas ventajas.
¿Por qué el coste por clic es tan importante para las estrategias digitales de pago?
Estas ventajas son las que, precisamente, hacen del CPC una palanca de rendimiento para las campañas publicitarias en internet. Así, medir el coste por clic te permite…
- Generar más tráfico (los anuncios CPC se muestran en canales muy frecuentados por los internautas, lo que aumenta matemáticamente la visibilidad de la publicidad).
- Pagar únicamente cuando un usuario hace clic en el anuncio y llega a tu portal web o página de aterrizaje, dependiendo así del tráfico realmente generado.
- Mejorar las campañas publicitarias comparando los costes con los ingresos generados, una vez que tengas el CPC real.
- Gestionar eficazmente las campañas reasignando el presupuesto publicitario a los anuncios con mejores resultados.
- Automatizar las estrategias de pujas de CPC para centrarse en la actividad del negocio (el emisor se encarga de las campañas teniendo en cuenta los intereses relacionados y las limitaciones presupuestarias para optimizar la estrategia).
- Optimizar las campañas publicitarias asegurándote de que cada clic es relevante y conduce a la acción deseada.
- Hacer un seguimiento del ROI de tu publicidad teniendo en cuenta múltiples indicadores (como el coste de adquisición de clientes) y optimizando el gasto (en particular, fijando un CPC máximo).
¿Cómo optimizar el coste por clic?
El CPC no depende del anunciante. Es el resultado de un conjunto de parámetros que incluyen la competencia en una palabra clave, el ranking del anuncio (que, a su vez, tiene en cuenta su calidad, pertinencia, tasa de clics esperada, puja máxima, contexto de la búsqueda del usuario, etc.), pero también la ubicación del anuncio (el coste real por clic de un enlace que se muestra por encima de los resultados orgánicos en la SERP será, por lo tanto, más caro que un enlace situado por debajo de dichos resultados). Todo esto está a cargo del emisor.
Sin embargo, como anunciante, tienes varias palancas vinculadas al CPC para optimizar tus campañas. Este es el caso, por ejemplo, de Google Ads con el coste por clic medio, máximo, real u optimizado.
- El CPC medio es el importe medio gastado por un anunciante para generar un clic en su anuncio. Este indicador varía en función de las ofertas que, a su vez, cambian durante la campaña. Se calcula dividiendo el CPC total por el número de clics. Sin embargo, como la clasificación de los anuncios cambia con regularidad, no hay un coste fijo por clic.
- El CPC máximo designa al importe que no debe superarse durante la campaña: es el importe más alto que se puede cobrar al anunciante por un clic. No obstante, no se alcanzará necesariamente este máximo, por lo que normalmente se pagará menos. Este CPC máximo puede ser fijado manual o automáticamente por el algoritmo de la red publicitaria.
- El CPC real se fija por parte del emisor al final de la campaña y representa el precio final que paga el anunciante por cada clic. Suele ser inferior al CPC máximo.
- El CPC optimizado se refiere a una estrategia automatizada que ciertas redes publicitarias permiten para las campañas de publicidad. Se trata de una palanca para maximizar las conversiones sin exceder el presupuesto.
Existen otras formas de optimizar el coste por clic. En particular, en el contexto de las subastas publicitarias, la ventaja suele recaer en el anuncio con mayor puntuación de calidad. Por ejemplo, si dos anunciantes compiten por la primera posición entre los cuatro enlaces patrocinados en la SERP de Google, la red publicitaria dará prioridad al que tenga una posición más alta: el anunciante en cuestión pagará la cantidad mínima necesaria para ganar la puja.
En resumen, el CPC es también una palanca para optimizar tus campañas. Siempre que propongas anuncios de calidad y pertinentes, susceptibles de obtener un excelente Quality Score, podrás reducir el CPC real, ganar pujas frente a la competencia (incluso si cuentan con un presupuesto publicitario superior) y maximizar la rentabilidad de tus campañas.